Foto superior: Anderson Bianchi
Verdadera reliquia arquitectónica, la Estación del Valongo fue la primera de la Provincia de São Paulo a oír el silbido de un tren. Proyectada en Inglaterra e inaugurada en 1867 por la São Paulo Railway, posee líneas neoclásicas inspiradas en la estación londrina Victoria Station, siendo la única construcción de Santos preparada para la nieve.
El edificio fue construido por iniciativa de Irineu Evangelista de Souza, el Barón de Mauá, para atender a la línea São Paulo-Santos, una de las pioneras en Brasil. Ese ferrocarril es considerado una de las mayores obras de ingeniería ferroviaria del mundo, a causa de la inclinación de la Sierra del Mar y de un trayecto de ocho kilómetros que recuerda una montaña rusa en cámara lenta.
Tranvía
La Estación de Valongo es también el punto de embarque y desembarque de la Línea Turística del Tranvía, que cuenta con siete tranvías eléctricos en funcionamiento, entre ellos el Tranvía Café (Bonde Café), el Tranvía Pelé (Bonde Pelé) y el Tranvía Arte (Bonde Arte). La taquilla funciona en el Museo Pelé, frente a la estación, y los tranvías circulan de martes a domingo, de 11 a 17 horas. La línea cuenta con las primeras profesionales femeninas del país en las funciones de conductora y maquinista.
Foto: Isabela Carrari
Restaurante-Escuela
Estação Bistrô, que funciona en la planta baja de la estación, es el primer restaurante-escuela del litoral paulista. El suelo original, con dos tipos de baldosas hidráulicas, fue descubierto en 2003, durante las obras de revitalización del edificio. Abierto al público el 5 de junio de 2012, el restaurante-escuela se centra en la cualificación, en el sector de Alimentos y Bebidas, de jóvenes en estado de vulnerabilidad social. Creado gracias a la colaboración entre la alcaldía, el Ministerio de Turismo y la Universidad Católica de Santos (UniSantos), funciona de martes a sábado, de 12 a 15 horas.
Foto: Francisco Arrais
El Edificio
El edificio de la estación de Valongo es básicamente el original. En 1867, ya se destacaba de las demás construcciones ferroviarias a lo largo de la línea implantada en el estado, caracterizadas por pequeñas estaciones de planta baja, con tejado a dos aguas que bordeaban los rieles. Reformado en 1895, ganó la segunda planta, las mansardas, dos torreones y algunos elementos de hierro más.
Foto: Antonio Vargas
Fachada
El cuerpo central elevado posee una torre con un reloj, que simboliza, además de la puntualidad británica de las llegadas y salidas, la era capitalista – ‘time is money’. La figura de los cuatro leones en las esquinas representa el poder del imperio británico. Flanqueando la estructura central hay dos cuerpos laterales, del mismo estilo, con tejados inclinados, similares a los adoptados en Europa para el desagüe de nieve.
Foto: Antonio Vargas