Laja de Santos

Foto superior: Vanessa Rodrigues

   

Distante 45 km de la playa, es considerado el mejor punto de buceo de la Provincia de São Paulo y el 3º de Brasil. Formación rocosa granítica con perfil que recuerda una ballena, tiene 550m de largo, 33m de altura y 185m de ancho. El lugar favorece un buceo inolvidable: agua del mar cristalina, temperatura alrededor de 23º, visibilidad de hasta 30 metros y fauna impresionante. Los buceadores y fotógrafos submarinos pueden ver cardúmenes coloridos, mantarrayas, tortugas, meros e incluso delfines. Dependiendo de la época – y de la suerte, es posible ver tiburones y ballenas.

Embarcación naufragada

Para quien quiere más aventura, basta bucear hasta 23 metros para observar la embarcación Moreia, naufragada artificialmente en 1992. Bajándose un poco más, cerca de 40 metros, está el Parcel das Âncoras. También son imperdibles, en ese paseo, los peñascos sumergidos en la extremidad sur de la laja, donde son formadas piscinas naturales que abrigan varios bancos de peces cirujanos.

 

Foto: Alcides Falanghe

Pionerismo

Creado el 27 de Septiembre de 1993, el Parque Estadual Marinho da Laje de Santos abarca áreas emergidas (Isla Laje de Santos y peñascos conocidos como Calhaus) e inmersas (escollos, fondo arenoso y la columna de agua). Es la primera unidad provincial a comprender el medio acuático marino, bajo administración de la Fundación Forestal e Instituto Forestal, órganos de la Secretaría del Medio Ambiente.

 

Foto: Alcides Falanghe

Preservación

Es un lugar de gran interés para la conservación de la diversidad biológica en la costa paulista, en los medios terrestre, aéreo y submarino. Cinco especies de aves marinas insulares se reproducen en la laja: la gaviota cocinera Larus dominicanus; tres especies de charrán antártico (Sterna hirundinacea, S. eurygnatha e S. Maxima), que forman colonias en invierno, y el alcatraz pardo (Sula leucogaster), que nida durante todo el año.

  

Foto: Roberto Akira

Reproducción de especies

Se trata de la única isla en Brasil que constituye lugar de reproducción frecuente de estas tres especies de charrán atártico. Las demás especies son tan sólo visitantes. En total fueron catalogadas 30 especies de aves, siendo 17 marinas y 13 no marinas. A fragata, albatros e petreles, el halcón peregrino y pajaritos, entre otras, componen esta fauna alada abundante.

  

Foto: Alcides Falanghe